Los sabores del vino
¿Quieres saber si este artículo te va gustar? Escucha este pequeño abrebocas:
¡Bienvenidos a la Estación PROBAR!
Aquí vamos a experimentar la parte gustativa del vino. Será toda una aventura para nuestro paladar, en la que aprenderemos a reconocer los sabores y texturas que nos hacen vibrar y nos llevan de viaje por aquellos sabores que nos recuerdan la infancia y el hogar o por ese universo infinito de nuevos sabores por descubrir.
Imaginemos que nuestro paladar es como un niño, se emociona con sabores nuevos, no se cansa de disfrutar de esos que más le gustan y siempre está evolucionando, aprendiendo y explorando. Así que es momento de despertar una a una las papilas gustativas y de iniciar esta gran aventura.
En esta estación pasaremos por 4 fases importantes que nos enseñarán a reconocer y percibir los sabores del vino al 100%.
Este es el tercer viaje por los sentidos que vamos a realizar juntos, si has llegado tarde, no te preocupes, te invitamos a leer el itinerario de esta aventura en “Especial de los sentidos: ver, oler, probar” , luego te aconsejamos pasar por las estaciones anteriores, “Ver” y “Oler” o si prefieres puedes arrancar tu aventura desde aquí. ¿Listos?
Recuerda estas recomendaciones antes de empezar el viaje:
Es importante que antes de abordar, ¡primero estemos bien preparados!, por eso debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Evitemos otros aromas: para vivir las aromas del vino en toda su expresión es importante no usar perfumes o tener cerca otro tipo de aromas que distraigan tu atención del vino.
- ¡Usemos la copa ideal!: recuerda que no solo es el recipiente donde pones el vino para llevarlo a la boca, estas permiten que nuestro vino se exprese y nos deje ver y sentir todo su potencial.
- Antes de servir: ¿sabes si la temperatura del vino es la adecuada? La temperatura es muy importante pues permite que el vino se exprese, ¡ayúdale a hacerlo!
Recuerda: los espumantes tan fríos como una cerveza, entre los 6 y 8 ºC , el vino blanco entre los 8 y 12 ºC, rosados 12 y 14 ºC, y los tintos a temperatura ambiente pero que no supere los 19 ºC.
~¡Este viaje ha comenzado!~
El sentido del gusto trabaja en estrecha colaboración con el sentido del olfato. Es por esto que a veces antes de tomarte algo que no te gusta (como un jarabe) te tapas la nariz. Esto sucede porque la respiración ayuda a oxigenar los sabores permitiendo que los sientas con mayor intensidad.
Luego de este dato, es importante saber que el sentido del gusto no radica solo en la lengua sino en toda la cavidad bucal, es decir, la lengua, el paladar, las paredes bucales y los labios. Todos reciben estímulos al momento de llevar el vino a la boca y son los encargados de reconocer los sabores y las texturas.
Pasos para probar un vino como un experto:
- Lo ideal es tomar un trago generoso. Ni tan pequeño que no puedas pasarlo por toda tu boca, ni tan grande que tengas que pasarlo de inmediato a tu garganta.
- Haz que el vino recorra tu boca por completo, estimula cada pequeño lugar antes de pasarlo a tu garganta para que puedas sentir y despertar todos los sabores y sensaciones.
- Déjalo bajar lentamente por tu garganta.
- Por último, respira suavemente, pon todos tus sentidos a trabajar para que logres descubrir cada uno de los sabores y sientas la sensación que perdura en tu boca por unos segundos.
Los sabores del vino. 4 fases que experimentamos al probarlos:
Ahora que aprendimos algunos pasos importantes para probar un vino, es momento de contarte cuáles son las etapas por las que va a pasar tu paladar.
Fase 1. El ataque
Estas son las primeras sensaciones que percibimos en nuestra boca cuando el vino llega a ella. Lo ideal, como decíamos anteriormente es dejar que el vino permanezca ahí por un momento y con la lengua lo pasemos de lado a lado para apreciar ahí los cinco sabores básicos: salado, dulce, ácido, amargo y el último que ha sido descubierto llamado umami
Por ejemplo, si has oído el término “vino redondo”, esto se refiere a un vino que logra el equilibro perfecto entre todos los sabores.
Fase 2. La textura
Aquí interviene lo que podríamos llamar “el tacto” al interior de nuestra boca, es por esto que algunas de las texturas que sentimos en nuestra boca al tomar vino se comparan con la sensación que nos da tocar telas de diversos materiales como por ejemplo la seda.
En el caso del vino usamos algunos adjetivos para definir los tipos de textura: suave, áspero, aterciopelado, sedoso, áspero, rugoso, seco, entre otros…
Fase 3. Sensación retronasal.
Una vez que pasamos el vino por nuestra garganta, soltamos el aire por la nariz y jugamos un poco con el vino en la boca, percibiremos los sabores y texturas que el vino va dejando en nuestra boca. A esto lo llamamos la fase retronasal.
Por ejemplo, si unos segundos después de tomar el vino aún percibes las mismas sensaciones, quiere decir que el vino que tomaste tiene una larga retronasal.
Fase 4. El final
Para terminar, analizaremos qué “final” en boca nos ha dejado el vino. En algunos casos puede no tener un final muy definido, pero en otros si puede ser muy claro y consistente.
Según la persistencia de ese final se puede hablar de un vino corto (si dura menos de dos segundos), mediano, largo, incluso muy largo (entre nueve y doce segundos).
En vinos añejos o vinos de mayor calidad, el sabor puede perdurar incluso un minuto.
Y aquí llegamos ya al final de la tercera parte de este viaje por los sentidos que agudizamos al momento de catar un vino.
Esperamos que tu paladar continúe viajando por este universo infinito de nuevos sabores por descubrir; y no pare de sorprenderse, de emocionarse, de evolucionar… y sobre todo, que no pares de compartirlo, para que esta magia vuele de boca en boca conquistando cada vez más corazones.
¡Salud!
*Las piezas gráficas/fotos con la marca vinoconvino.com o Novili son de nuestra autoría.