«El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños» Eleanor Roosevelt
Así comienza esta historia, con una frase célebre y tres palabras que transforman y abren nuevos caminos: sueños, aventura y futuro ¡Bienvenidos, esta es la historia de Aurelio Montes, líder soñador y guardián del espíritu de Viña Montes! Un hombre explorador que paso a paso ha escrito la historia que la vida tiene para contarle, una historia que sin duda para Aurelio tiene sabor, color y aroma a vino.
«EL RUCIO» AURELIO: EL INICIO DE LA HISTORIA
Aurelio Montes, hijo de Aurelio Montes, es el menor de tres mujeres; un pequeño aventurero, creativo, tímido y amante del campo que desde muy pequeño descubría en la tierra la magia y los secretos que esta tenía para contarle.
Su niñez la vivió en pequeñas aventuras en «El Monte» (La tierra que poseía para entonces su familia) y de la mano de su padre, quien sentía que Aurelio por ser el menor de tres hermanas necesitaba nuevos aires, unos un poco más masculinos para hacerlo lo llevaba con él a respirar pasiones diferentes a las que vivía en su casa, rodeándolo de naturaleza, caballos, aviones y mecánica.
En su familia no había una gran tradición hacia el vino, por lo menos no una diferente a compartir los Domingos con una botella de Cabernet Sauvignon a veces de Viña Undurraga acompañado de las tradicionales empanadas chilenas….pero entonces nos preguntamos ¿De dónde viene la pasión por el vino en Aurelio?
Aurelio se convierte en un enamorado del aire libre y es con el tiempo y a medida que crece que decide ir a la Universidad Católica a estudiar Agronomía y descubre en su paso por la universidad la enología; un placer especial y único que además resultaba la excusa perfecta para estar en contacto con el aire libre.
Aurelio decide seguir todos los cursos y dedicar su vida a la a esta ciencia, pues es esta la que finalmente le muestra el rumbo hacia un mundo de sabores, magia e ideas que lo hacen creer, crear, experimentar y soñar ¡Definitivamente un arte que unido con su talento le daría un giro a su vida!
DE LA AGRONOMÍA A LA ENOLOGÍA
Dos amores a primera vista llegan a a la vida de Aurelio en sus 20’s. A los veintiún años conoció el valle de Apalta, en Colchagua y afirma que fue amor a primera vista y a los veintidós años recién graduado de la Universidad Católica se casó con Bernardita del Campo, una mujer que «le gustaba más que el pan con palta” con quien decide hacer su familia de cinco hijos; Bernardita, Francisca, Aurelio, Pilar y Matías.
Por otro lado, su vida enológica inicia en Viña Undurraga siendo un poco de todo “Yo era el goma, el laboratorista, el jefe del sindicato, compraba los insumos”, un lugar que le permitió experimentar y sembrar la experiencia y la tenacidad en su interior. En Undurraga pasó los primeros años de su profesión aprendiendo con aciertos y desaciertos, hasta convertirse en enólogo jefe y pasar a ser la persona más confiable de Alfonso Undurraga, el director de la viña.
Después de 12 años como empleado de Viña Undurraga, Aurelio confrontado por su evolución y ascenso en la Viña, toma la decisión arriesgada de entrar a Viña San Pedro aún estando esta en quiebra.
“Me senté en un banco en Capuchinos, entre Alfredo y Javier Vial, el dueño del BHC, y los dos trataban de convencerme de que la viña tenía futuro. Yo estaba churrete, no podía creer lo que estaba ocurriendo y acepté. Salí de Capuchinos y me abracé a un buzón. No puedes ser tan idiota Aurelio Montes. De una pega estable en que te quieren, en que te ha ido bien, te vas a cambiar a una empresa quebrada de la que no sabes cuál es el futuro y tu interlocutor está en la cárcel, pensé. Fue una decisión demencial”.
EL NACIMIENTO DE VIÑA MONTES
En viña San Pedro empieza a tejerse la historia que hoy conocemos como Viña Montes y para 1987 cuando Aurelio tenía 39 años conoce el resto de sus socios y cómplices en esta historia.
Aurelio junto al primer amigo que se enamora de su idea, Douglas Murray, inician la aventura desde su primera raíz, cuando fundan en 1987 la Discover Wine Ltda. El sueño va creciendo y el equipo también, pues Alfredo Vidaurre y Pedro Grand se unen a ellos para a dar a luz la Viña Montes, la primera bodega chilena en marcar la diferencia, ofreciendo “vinos premium” que buscaban conquistar los mercados internacionales y hacer nuevas apuestas para alcanzar la calidad.
En este punto de la historia es muy importante resaltar que para esa época Chile no tenía ningún reconocimiento especial por sus vinos y no se había explorado el potencial de sus tierras. Son estos cuatro emprendedores los que deciden explorar el potencial del país y llenar este vacío con vino ¡Soñando en grande de la mano de un equipo fundador que buscaba hacer brillar el nombre de Chile en el mapa de los vinos!
«Ahí me di cuenta de que Chile podía llegar mucho más lejos en términos de calidad y fundé Viña Montes con mis socios, y con una visión muy clara de que solo la calidad es lo que nos inspiraba. Era dejar atrás el concepto de que el vino chileno era solo bueno y barato»
EL SECRETO DE VIÑA MONTES
«La historia de la vida no se escribe, esta se escribe junto con uno a medida que vas caminando»
Aurelio Montes
Aurelio es un ser de sensaciones y juego, juega con aviones, caballos y vino. Es piloto hace 30 años y para él el aire siempre ha sido sinónimo de paz “Acá arriba me relajo mucho y como no se cruzan ni autos ni perros, aprovecho de leer, desde el aire te sientes todopoderoso” y como enólogo es el encargado de darle un sello único a los vinos Montes y los convierten en vinos con Alma que llevan en su interior:
- Talento y pasión: hay que trabajar mucho, tal como sucede con muchas profesiones. Si quieres ser un buen abogado, un buen médico o un buen enólogo, debes tener un 10 por ciento de inspiración y un 90 de transpiración. Nada es fácil en la vida.
- Creer en la Calidad como principio: Esa es la llave del éxito. Los vinos malos, las ropas malas, los vehículos malos, se producen en cualquier parte; en cambio, las cosas buenas son un producto escaso y siempre tendrán un mercado fiel. Buen trabajo, grandes recompensas.
- Espíritu: Un espíritu investigador y explorador de sabores de altura, en vinos no se puede hacer lo mismo que nuestros bisabuelos. Repetir lo mismo, año tras año, finalmente agota a cualquiera.
De la tierra a la vida, Aurelio transmite el amor por la naturaleza desde sus raíces, haciendo que sus hijos y sus nietos no pierdan el contacto con la magia del aire libre.
Las prácticas que despliega en su bodega reflejan también el nivel de sus exploraciones, pues permite que en este lugar el vino sea consentido con unos cantos gregorianos cuando están añejándose, mejorando así la calidad.
Cuando habla de su vino más perfecto hace referencia a que la perfección solo está en el cielo, pero su sentimiento de alegría y orgullo «Yo estoy muy contento con nuestros vinos íconos que tienen un gran reconocimiento. El Taita, que es nuestro nuevo vino, tiene elegancia y equilibrio, cada vez que lo tomo lo encuentro fantástico, pero siempre voy a querer el vino de los 100 puntos, vamos por 97, nos faltan 3»
Su alma investigadora lo ha hecho cosechar múltiples reconocimientos como «Premio “Personaje del Año 2015”, Premio Avonni «Trayectoria Innovadora 2015», Premio a la “Trayectoria Enológica”, Premio a la Trayectoria “Lifetime Achievement” y el Premio “Innovador-Ejecutivo del Año 2015”; además de que su bodega fue reconocida como la Mejor del año por The Wine Enthusiast.
Aurelio Montes es un hombre innovador, emprendedor, apasionado por los vinos y por la enología conviertiéndola en su mayor reto, alegría y recompensa “Este es un negocio que no se transa, como la escobilla de dientes… no vendo no más. Hay cosas que son intransables porque tienen que ver con la felicidad, con la pasión, con lo que a ti te gusta ¿Cuánto vale vender algo que me hace feliz? ¿Existe algún valor? Yo no lo conozco”.