Poggiotondo
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El rey de la toscana, el vino, encuentra en una bodega italiana, en el corazón de la provincia de Florencia, un hogar para ser cultivado por la naturaleza y creado de forma orgánica , ese lugar se llama Poggiotondo.
Poggiotondo: el arte de la familia Antonini
Dicen que todos los caminos conducen a Roma, nosotros decidimos desviarnos un poco para recorrer las colinas y los viñedos de una de nuestras bodegas favoritas en Italia.
Allí la naturaleza y la sabiduría del enólogo, Alberto Antonini, dan vida a vinos llenos de energía que pueden despertar sensaciones únicas en nuestro paladar y corazón.
La historia de esta bodega comenzó en 1968 cuando Carlos Antonini compró un gran territorio a 40 kilómetros del Mar Mediterráneo, rico en fósiles de tierra caliza que pertenecía a Conti Guidi, una familia de antiguos nobles.
La herencia familiar
Carlos, que era un maestro y gran amante de la agricultura transmitió a su hijo Alberto su gran pasión. Por esta razón, cuando su hijo creció, después de estudiar en diferentes universidades incluidas la Universidad de Florencia y la Universidad de Burdeos; se convirtió en un experto de la enología.
Del mismo modo, su experiencia en este arte de crear vinos, ha servido e inspirado a bodegas alrededor de todo el mundo.
Si buscas más información sobre este reconocido enólogo; te darás cuenta que aparecerán junto a su nombre el de bodegas como Concha y Toro en Chile y Altos Las Hormigas, en Argentina.
El territorio Poggiotondo
Florencia es caracterizada por ser una ciudad para disfrutar de lo mejor del arte; donde Alberto brilla como uno de los mejores artistas del vino.
Él vive con su familia, su esposa Alessandra y sus hijos Angélica, Margherita y Carlo en las mismas tierras que su padre compró hace años.
Poggiotondo es ahora el sueño de toda una familia hecho realidad; donde la tradición del vino en la toscana y su naturaleza encontraron un lugar para vivir.
La naturaleza se expresa a través de los vinos orgánicos de Poggiotondo
Cuando un experto tiene su propio lienzo y sus pinturas para crear, sin duda nacen vinos llenos de vida.
Esta bodega decidió que la naturaleza fuera la creadora del vino, intentando dejar de lado algunos métodos de la producción moderna para permitir que la tierra y su vida hagan todo el trabajo.
Después de tres años de trabajo, Poggiotondo consiguió su certificación en vinos orgánicos; es decir, desde su cosecha 2014 sus vinos son creados bajo normas de producción que prohíben por ejemplo el uso de pesticidas y fertilizantes.
“Hace unos años decidimos volver a la gestión tradicional de viñedos, dejamos de usar productos químicos sintéticos para regenerar el suelo, mantenerlo vivo y animar a los viñedos a desarrollar sus anticuerpos propios”, dijo Alberto en una entrevista a Julia Harding.
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El amor a la tradición y las cepas toscanas, combinado con la sabiduría de un enólogo y su amor por el vino y la naturaleza, son la fórmula mágica para crear vinos auténticos que al descorcharlos nos llevan de viaje por la obra de un gran artista, Antonini.
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