Madres reales
Se acerca el día de la madre y en Nóvili quisimos celebrarlas alejándonos de los estereotipos para encontrarnos con las historias de las madres reales y conocer su día a día. Por eso, decidimos buscar entre nuestras amigas del brindis, amantes del vino, los licores y la gastronomía, para conocer sus experiencias como madres.
En este recorrido nos encontramos con la enóloga de una de las bodegas de vinos más importantes en Chile; con la chef de un restaurante reconocido en Bogotá con una propuesta bien diferente y con una amante e influencer de la gastronomía y el buen comer. Te invitamos a que nos acompañes a conocer y descubrir cómo estas mujeres logran encontrar el equilibrio entre sus trabajos, la maternidad y aún así, encontrar algo de tiempo para disfrutar también de un buen vino. ¿Comenzamos?
Madres reales: Gabriela Negrete
Enóloga de Viña Montes
Es tiempo de vendimia en Chile, tres de los meses más ocupados del año para las bodegas, hay que cosechar las uvas y dedicar el tiempo necesario para encerrar en esas botellas que tanto nos gustan, la magia de la tierra, la naturaleza y la tradición vitivinícola. Sin embargo, Gabriela encuentra un espacio en su agenda para contarnos un poco sobre su vida como enóloga en Viña Montes y su rol de madre.
“Yo digo que mis hijos son todos hijos de Montes”, dice dejando escapar una pequeña sonrisa. Gabriela tiene 3 hijos, de 11, 15 y 17 años. Su primera hija tenía 3 meses cuando ella comenzó a trabajar con una de las bodegas más importantes en Chile, Montes Wines. A diferencia de otros niños de su edad, los paseos que su madre les da por la viña y la bodega; además de transmitirles su sabiduría en enología, hacen que ellos conozcan más sobre vinos que cualquier otros chicos de su edad.
¿Qué es lo que más disfrutas de ser madre?
Ser madre es una tarea muy difícil, creo que no es fácil para nadie, independientemente de si trabajas o no trabajas; pero aún así es súper enriquecedora. Cada uno de mis hijos me enseña todos los días una cosa distinta, he aprendido muchísimo. Ellos me llenan la vida, son los niños y la familia mi razón de estar avanzando y haciendo cosas. Ser madre es muy importante para mí, ese rol está sobre cualquier otra cosa.
¿Cómo haces para balancear lo que conlleva ser madre y mujer trabajadora al mismo tiempo?
Para mí es particularmente difícil porque nosotros tenemos 3 meses de mucha demanda. Yo no tengo un horario establecido durante 3 meses, estoy aquí en la bodega hasta la hora que tengo que estar, entonces creo que eso lo hace un poquito distinto.
Durante estos meses de marzo, abril y mayo, dejo a los niños un poquito botados, la verdad; pero gracias a Dios estoy cosechando lo que sembré desde que ellos eran chiquitos, ellos han sido super responsables. Por ejemplo, ahora que han vivido ya un año de pandemia y están con el Homeschool, les ha ido muy bien; han tenido buenas notas, ya no me entero cuando tienen pruebas, ellos ya resuelven; incluso la más chica que tiene 12 años. Como te digo son super independientes, así los hemos criado desde pequeños y hoy en día estamos cosechando eso. Junto con mi marido, hemos intentado criar hijos independientes y lo hemos logrado.
En los momentos donde todas las tareas se juntan, y quieres darte un tiempo para relajarte ¿qué haces?
Es difícil, en esta época porque salgo a las 7 de la mañana y con el toque de queda llego a las 9 de la noche. Entre organizar almuerzo, las compras del supermercado o las idas al dentista o cualquier doctor, no tengo mucho tiempo para mí; eso es algo que supe desde el primer día que decidí tomar la enología. En tiempos normales, nosotros tratamos de viajar mucho con los niños; termina la vendimia y nos vamos a esquiar, nos gusta mucho eso como deporte familiar o nos tratamos de ir los fines de semana a la playa.
Para relajarme lo que hago es leer o ver alguna serie que me guste mucho, que la vea yo sola, sin que nadie me moleste. Todos se ríen de mí porque me gustan mucho las series de doctores, me entretienen mucho desde que era super joven, veo Grey’s Anatomy, Chicago Med. Me gusta ver también mucho las series de abogados, un poco para distraerme de todo lo que estoy haciendo.
¿En qué momento de tu día a día como mamá y profesional se vuelve el gusto por el vino importante?
Como profesional el vino en mi vida está todo el día, las 8 horas laborales, porque estoy aquí probando vino, viendo mezclas. Por otro lado en mi mundo personal es muy importante, porque tengo una particularidad y es que, no te había dicho, pero mi marido también es enólogo, entonces todos nuestros amigos están muy en la onda del vino y nos preocupamos mucho por eso, estamos siempre tomando cosas distintas, compramos vinos de otras partes del mundo para estar probando y entretenernos.
Algo que me gusta del vino es que hace comunidad, a diferencia de otros licores más altos en alcohol. El trago fuerte es como para la fiesta, pero el vino, por lo menos en mi experiencia, ha sido siempre muy conversado, de crear lazos, de ponerte a soñar, a planear viajes. El vino está en mi vida todo el tiempo, primero, porque lo estoy haciendo en la bodega y luego en la tarde, en mi casa, llego a tomarme una copita de vino con mi marido en la terraza, o con los amigos, como que te crea ese clima cálido.
¿Qué vino elegirías para darte un descanso?
Para un un descanso en la playa, un lugar con temperatura un Montes Sauvignon Blanc Outer Limits. Ahora, si estoy en la nieve,en una época más invernal, con calefacción un Montes Alpha Cabernet Sauvignon; o si me voy más allá, uno que a mí me encanta, de mis favoritos, es el Montes Cabernet Sauvignon Special Cuvée. Ahora, para el día a día, mi recomendación siempre es, en caso del tinto, el Limites Selection Cabernet-Carmenere, porque es un vino fresco y liviano.
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¿Qué vino elegirías para para disfrutar algo que te guste hacer?
Algo que me guste hacer yo lo acompaño con un Limites Selection Cabernet-Carmenere, por lo fresco, además que también es calientito porque es un tinto. Este tema de elegir, yo asocio mucho a la temperatura, cómo quieres estar. Por otro lado, a mí el vino me trae calma, solo el estar en una posición echada, con la copa, tomando el vino, me parece ya fantástico.
¿Qué vino elegirías para ser anfitriona de un momento familiar o con amigos?
Si es un asado, en Chile se hacen mucho los asados, yo siempre tengo Montes Alpha sobre todo para mis suegros y mis papás. Ya para los más jóvenes, mayores de edad, los Outer Limits y la línea de los Limited Selection.
Madres reales: Antonuella Ariza
Chef en el restaurante Mini Mal
Apenas estamos comenzando la entrevista y a Antonuella la llaman del restaurante, la necesitan para la creación de una salsa. Ella es chef en Mini Mal, el restaurante de su esposo Eduardo Martínez, este lugar está ubicado en Bogotá y maneja una propuesta gastronómica muy diferente, que busca rescatar y promover los recursos naturales del país, beneficiando a nuestras propias comunidades y protegiendo nuestra riqueza natural. Entre los ingredientes de sus platos podrás encontrar frutos y otros elementos nacidos en tierras colombianas que a lo mejor no conocías y que con la medida indicada y combinados con otros sabores, te darán una experiencia mágica en boca.
Además de trabajar en Mini Mal, Antonuella maneja su propio negocio, una heladería artesanal llamada Selva Nevada, que como su nombre lo dice, encierra los mejores sabores de nuestra tierra en deliciosos manjares. Mientras Antonuella nos cuenta cómo saltó de ser artista para convertirse en una amante de la cocina, con esa personalidad brillante de mujer sociable que la caracteriza, Luciano, su hijo de 13 años pasa por detrás tímidamente
¿Qué es lo que más disfrutas de ser mamá
El aprendizaje sobre todo, todos esos momentos, porque a uno nadie lo puede preparar para ser mamá, te encuentras todos los días con una sorpresa. Yo ese aprendizaje lo he disfrutado hasta donde he podido. Me pasa que digo: “ahora entiendo por qué mi mamá me decía esto y yo ahora estoy diciendo lo mismo”, uno finalmente va aprendiendo, es una tarea muy bonita. Yo disfruto mucho cómo Luciano me enseña, a veces es difícil claro, pero siempre hay espacio para la reflexión.
¿Cómo haces para balancear lo que conlleva ser madre y mujer trabajadora al mismo tiempo?
Es una reflexión diaria, pensar y sentir un poco cuáles son las necesidades del restaurante, la heladería, las necesidades de la casa y de Luciano. Si yo veo que el necesita de mi compañía, en esos momentos yo digo, “bueno pues me quedo en la casa”, no pasa nada si llego más tarde al restaurante, Eduardo se va primero. Finalmente yo como mamá, primero estará mi hijo, la necesidad o la ayuda que él necesite. Por otro lado, hay momentos en que yo quisiera estar con él pero no puedo, porque tenemos de pronto algún evento especial donde soy indispensable, y le digo. Hay momentos donde eso no lo afecta y me voy tranquila. Es algo como de ir viendo, de ir surfeando la ola de la maternidad y el trabajo.
En los momentos donde todas las tareas se juntan, y quieres darte un tiempo para relajarte ¿qué haces?
Debo decir que no son muchos los momentos para relajarme, pero sí intento poder estar estar con Eduardo, de sentarnos a comer algo que no sea en el restaurante, sino acá en la casa, algo que cocinemos rico y poder sentarnos a conversar tranquilos. También disfruto de leer un libro, de esos momentos de relajación y todo lo que los acompaña, quizá tomándose un vino, o un té, depende de la hora. Hay que entrar también en ese otro estado, que eso es difícil. Cuando uno trabaja en un restaurante, hay momentos de mucha tensión, hay días que a veces llego a la casa super acelerada, tengo que sentarme, tranquilizarme antes de acostarme a dormir. Eso es importante, aprender a detenerse.
¿En qué momento de tu día a día como mamá y profesional se vuelve el gusto por el vino importante?
Para nosotros, en Colombia, lo del vino es un tema que es aún muy jovencito. Hace por ahí 25 años, en el supermercado vendían no sé, cuatro vinos. Para nosotros fue muy chévere cuando pudimos ver que aparecían un montón de otros vinos distintos. Fue muy bonito empezar a probar otras botellas, entender las diferencias entre unas y otras, de los lugares de donde vienen, y poder uno decir: “a mí me gustan más estos que estos”, y entender por qué. A veces es más rico tomarse un vino tinto y en otras ocasiones es mejor un vino rosado.
¿Qué vino elegirías para darte un descanso?
Para nosotros el vino Montes Cherub es muy significativo, hace 18 años que lo comenzamos a comprar. Nosotros de vinos rosados habíamos probado alguno que había por ahí en el mercado, y me acuerdo que, ese día que estaba con Eduardo y probamos el Montes Cherub dijimos: “¨¡wow!, ¡qué es este vino rosado tan increíble!”, nos encantó, era chévere probar algo así; antes teníamos otra idea del vino rosado, por eso le guardo tanto cariño a ese vino. Entonces para un momento así, de relajación, de estar conmigo misma, elegiría ese.
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¿Qué vino elegirías para disfrutar algo que te guste hacer?
El rosado, es el que más me gusta. Muchas personas piensan que el vino rosado es dulce, no sé por qué. En cambio a mi me gusta porque es muy refrescante y va bien con estar solo, uno se puede servir una copita de vino rosado y sentarse a tomársela. A mí me gusta más el vino tinto y el blanco para comer; pero para un momento así, de sentarme a leer un libro prefiero el rosado.
¿Qué vino elegirías para ser anfitriona de un momento familiar o con amigos?
Me he dado cuenta que lo mejor es tener tinto y blanco en los momentos familiares, ahí sí que uno debe tener cuidado con la selección de los vinos. A los mayores les gustan los vinos más suaves, más ligeros, mientras que a los más jóvenes nos gusta un vino más contundente, con más intensidad. Yo siempre trato de tener dos. A mí me gustan los vinos, no tan ácidos, donde la acidez no sea lo más predominante. También tengo amigos que solo les gusta el tinto, entonces uno sabe que puede tener solo vino tinto. Es como ir descubriendo los sabores y las maneras de tomarlos. Es como en la cocina, el mundo del vino también es un universo enorme. Es muy interesante aprender poco a poco
Madres reales: Juliana Vicente
Guía gastronómica Dónde Comer
Entre su trabajo para Dónde Comer, una conocida guía gastronómica en Medellín, creada por Juliana hace varios años, que nació gracias a su pasión por la buena comida; el trabajo en su propia agencia de marketing digital y su rol como madre, Juliana no para en todo el día. A pesar de eso, ella siempre encuentra tiempo para estar con sus pequeños hijos, Joaquín y Rosario; y además, poder disfrutar de salir de vez en cuando a un buen restaurante con su esposo o amigos.
Varios años atrás, después de que Juliana se graduó de Derecho de la Universidad Eafit en Medellín y estaba trabajando, ella aprovechaba en sus horas de almuerzo para escaparse a buenos restaurantes de la ciudad, tomar fotografías y disfrutar de lo mejor de la gastronomía de la ciudad; ¿quién iba a pensar que unos años después este amor por la gastronomía daría resultado a una guía gastronómica con más de 95 mil seguidores?
¿Qué es lo que más disfrutas de ser madre?
Es ver cómo van creciendo, lo que uno les va enseñando, cómo ellos lo van adoptando y van tomando los aprendizajes. Aprender y enseñarles ha sido una de las motivaciones más grandes de ser mamá. Y además, los niños son una ternura, aunque a veces le agoten a uno la paciencia, pero para mí no hay nada como ser mamá; ha sido la mejor experiencia de mi vida.
¿Cómo haces para balancear ser madre y mujer trabajadora al mismo tiempo?
Es una locura porque todo comienza cuando despiertas. Hay veces que no duermes muy bien y te despiertas con mucho cansancio, pero de todas maneras tienes responsabilidades y debes salir. Hay que estar pendiente de los horarios de las comidas de ellos, de las cosas de uno, de la vida en pareja, de salir y sacar tiempo para ti, de ir a un restaurante a disfrutar y dejar a los niños en la casa. Es saber repartir ese tiempo y que no se te vuelva una monotonía, ni de estar trabajando y pensando: “soy una mala mamá, dónde estarán mis hijos”; y tampoco estar en la casa pensando: “quiero ser productiva y no quiero estar todo el tiempo en la casa”.
En los momentos donde todas las tareas se juntan, y quieres darte un tiempo para relajarte ¿qué haces?
Tomarme un vino con mi esposo o salir a comer a un restaurante por la noche, ya no soy tanto de rumbear, pero sí me provoca mucho salir, tomar algo, descansar, salir de la rutina de la casa y estar en otro lugar. Incluso, buscamos mucho cuando salimos a restaurantes, un lugar donde podamos comer rico; que sea para adultos con zonas de niños, donde uno pueda disfrutar de un buen plato, una buena comida, una sangría, un cóctel. Otra cosa que hago es cocinar, también me gusta mucho, lo hago muchas veces con Joaquín que está más grandecito, él me ayuda a revolver y a hacer algunas cositas, eso también me distrae de la rutina.
¿En qué momento de tu día a día como mamá y profesional se vuelve el gusto por el vino importante?
Cuando pido que me ayuden con los niños porque quiero leer un libro o dedicarme un ratito. Puedo tomar mi copita de vino sola, eso me gusta mucho o sentarme en una tarde linda, estar afuera de la casa en la manguita y tomar algo. Con las amigas es infaltable, plan de amigas, reencuentro, chismes, siempre hay un vino para compartir.
¿Qué vino elegirías para darte un descanso?
A mí me gusta mucho el vino tinto, pero creo que cada vino tiene su momento. Por ejemplo, a mi esposo le gusta más el vino blanco, entonces cuando cocinamos en la casa abrimos un vino blanco y vamos cocinando con él. Si es un día más calientico, o digamos que estoy con las amigas, es más como para una tarde de cócteles o de vino rosado, hasta un espumante. Pero si tengo que elegir, me quedo con el vino tinto.
¿Qué vino elegirías para disfrutar algo que te guste hacer?
Depende del lugar donde esté, en un lugar calientito un rosé o un vino blanco; aunque me voy más por un rosé espumante… un champagne también. Para clima caliente y amigas, elijo un lambrusco.
¿Qué vino elegirías para ser anfitriona de un momento familiar o con amigos?
Me gustan mucho los vinos de Montes, encuentro muchas opciones y son muy ricos, me gustan para cualquier momento. Bueno, yo creo que uno elige por recuerdos también, por ejemplo, el Montes Cherub lo pondría en una mesa, me parece una opción deliciosa con un buen salmón o unas pastas bien ricas; es un clásico que hay que tener de los rosados.
Nuestras entrevistas llegaron hasta aquí, pero nuestro brindis por ellas y por todas las madres resonará hasta el infinito. Si deseas conocer más sobre el valioso trabajo que realizan estas mujeres puedes: para Gabriela, visitar la página de Viña Montes aquí; para Antonuella puedes ver la página de Mini Mal aquí o para ver el trabajo que realiza en su heladería Selva Nevada aquí; para conocer más sobre Juliana puedes seguir el trabajo de la guía gastronómica Dónde Comer en sus redes sociales (Instagram @dondecomer). Gracias por enseñarnos tanto, ¡feliz día y salud por ellas o todas las madres reales!